¡Sorpresa!

30.06.2022

Por Lic Germán Rothstein 


La repetición de actividades cotidianas, configura una rutina, instalando a cada persona en su zona de confort.

Esta última brinda comodidad y a su vez costo, manifestándose en las siguientes expresiones:

"Siempre lo mismo, estoy cansado, que aburrimiento".

"¡Cuanta monotonía, necesito vacaciones!".

Ahora bien, de vez en cuando aparece algún evento inesperado: ¡Sorpresa!

Situación que genera una sacudida de la rutina, fisurando la zona de confort. Como consecuencia surge la queja, ya sea por un acontecimiento del orden del crecimiento, o desagradable.

"Con lo bien que estaba en la repetición de lo que hacía, ¿por qué cambiar?".

"Que terrible lo que me pasó, ¿por qué a mí?".

"Cuanto esfuerzo con este cambio, por más que sea para crecer. Con lo cómodo que estaba antes".

La queja es propia del ser humano, ya sea por aquello que falta y se anhela, o por aquello que se logra, extrañándose el estado anterior.

Vivir atrapado en una rutina es poco sano, dificultando el crecimiento y apagando la motivación.

En Argentina, los imprevistos habituales suelen ser del orden de las crisis sociales, políticas y económicas, acomodándose cada habitante como puede... una y otra vez.

Y cada tanto, la aparición de un evento agradable lleva a la incredulidad, escuchándose en consultorio:

"No lo puedo creer, ¡me pasó algo que parece mágico!".

Ante esto, se interviene con el paciente, mostrándole que no es del orden de lo extraordinario ni casualidad, sino que es producto de su esfuerzo y construcción en diversos ámbitos: laboral, artístico, vincular, etc.

Dar lugar al asombro, sin terminar siendo "presa de la sorpresa" (quedarse paralizado, sin poder pasar al plano del hacer), conduce a disfrutar y creer que es posible crecer.

De esta manera, el esfuerzo lleva a lugares inimaginados, anhelados y hermosos. Y por más que un nuevo camino cueste y se sienta como un gran desafío, será la siembra de semillas para nuevas y futuras sorpresas.

En un mundo que día a día nos sorprende con eventos tan buenos como malos ¿ Qué ocurre con nuestra psiquis?

  • ¿Hace falta tiempo para asimilar la sorpresa?

El impacto de una sorpresa podría pensarse tanto desde el tiempo cronológico, como interno de cada persona.

Si el evento inesperado es del orden del crecimiento, el tiempo interno que lleva vivir el entusiasmo generado y la sensación de un sueño alcanzado, hace necesario un tiempo cronológico como para tomar internamente distancia del estado ilusional y ponerse en movimiento desde "el hacer".

Si el suceso es del orden de un imprevisto traumático, el tiempo interno de atravesamiento del duelo, provoca una paralización y tristeza. El tiempo cronológico de elaboración por la pérdida padecida, es propio de cada persona.

  • ¿Qué ocurre cuando las sorpresas tanto buenas como malas son incesantes?

Aquello que produce "sorpresa", es su carácter de inesperado.

Si una serie de eventos se vuelven constantes, pasarían a formar parte de la rutina, ingresando en una zona de confort, con sus correspondientes costos psíquicos.

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Idea y Conducción Daniela Tomé

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