El Peso del Cuerpo

13.01.2023

Por Lic. Germán Rothstein

En tiempos de primacía de la imagen, mostrar objetos preciados a nivel social, se ha vuelto un símbolo de status y pertenencia.

Se hace alarde de diversos gadgets (dispositivos con una función específica, prácticos y novedosos, tecnológicos y no tecnológicos para casi cualquier actividad), sintiéndose poderoso quien los posee.

El objetivo es obtener la mayor cantidad de miradas posibles, presenciales y virtuales. El paso de una forma a la otra se da casi de manera inmediata, traduciéndose en "likes" y "seguidores". Si esto sucede, el "sueño de volverse viral" se acerca.

¿Un sueño enfermo?

"Viralizarse" (deriva del término "virus", microrganismos infecciosos con gran capacidad de contagio), curiosa denominación para algo anhelado.

Las fronteras entre lo público y lo privado se vuelven borrosas, divulgándose lo íntimo a un gran auditorio.

"Mientras más muestro, más miradas obtengo".

Mayor cantidad de seguidores, no es sinónimo de ser elegido. Falsa creencia de mostrar en exceso para sentirse más deseado. Correr totalmente el velo, apaga el deseo.

Entonces, ¿por qué tengo más cantidad de visualizaciones?

Un exceso al mostrar, lleva al exhibicionismo, atrapando las miradas desde el morbo que genera "ver cada vez más allá de lo permitido".

"¿Influencia o influenza (virus)?"

Cada vez se escucha más entre adolescentes, querer ser "influencers", obteniendo fama y dinero.

Influenciar al otro, sin importar demasiado el contenido. Imágenes vacías, relatos superficiales y ruidosos, cuerpos fragmentados por partes a exhibir. Un alto costo psíquico, del que no se es consciente.

"¿El cuerpo es un gadget?"

Un cuerpo y sus partes, han adquirido gran poder a nivel social. "Mostrar la cola", sin importar demasiado el resto. Y es justamente en ese resto, en el que cae el sujeto con sus emociones, pensamientos, ideas y sueños.

Si tanto importa el cuerpo, es inevitable que se vuelva pesado. Y ese peso se hace marca, apareciendo diversos síntomas: obesidad, trastornos de alimentación, cortes, alergias, etc.

"El valor de lo no mostrado"

Aunque parezca paradójico en el siglo XXI, lo que no se muestra es aquello que más vale.

Cuando un paciente arriba al consultorio, uno de los primeros señalamientos que se realiza es: "Lo que se habla en este espacio, queda en este espacio. La historia de cada persona y su intimidad, es lo más valioso y preciado".

Pedacitos de historias, dan lugar a maravillosas anécdotas, emociones que fluyen y hacen vibrar.

Momentos de sentir-es, vivencias únicas e irrepetibles que escapan a una pantalla. El detrás de escena, íntimo y genuino, sin importar la mirada del otro. Conectarse con el propio deseo, sintiéndose libre de pesadas y dolorosas miradas.

Texto: Lic. Germán Rothstein                                                                                      Imágenes: Pixabay

  Espacio de Psicoanálisis y Arte

https://www.decir-es.org


 ¿Cuándo hablamos de mostrar, que es lo que mayormente muestra la gente en sus redes sociales?

Una persona tiende a mostrar lo que imagina que otro quiere o espera ver, en un intento de agradar. El sentirse aceptado, reconocido y deseado, acompaña al ser humano desde su nacimiento, al recibir las primeras miradas de mamá y papá.

Durante el crecimiento, en la salida a la exogamia, se descubren y transitan nuevos ámbitos (académicos, laborales, sociales). Ser reconocido por las miradas de otros, forma parte del fortalecimiento de la autoestima, y del sentimiento de pertenencia.

Partiendo de esta base, se puede entender el poder de las redes sociales en un medio como internet. Se está a un click de poder mirar la vida e intimidad de otros, y además de mostrar la propia, ser mirado y gustar.

Pero, ¿todas las miradas tienen el mismo valor? Las miradas más importantes son aquellas que poseen un plus emocional, el "ser mirado por alguien que importa".

En redes sociales, el reconocimiento y status viene de la mano con el aumento de seguidores y likes. Miles de miradas anónimas, que se intentan "capturar" con contenidos que seducen. Las "carnadas más tentadoras" son las imágenes con exceso: lujos, cuerpos casi desnudos, opulencia... transgresiones de la intimidad.

 -¿El hecho de que el cuerpo sea un bien tan valorado para la mayoría de la gente, que nos está diciendo?

El cuerpo es lo primero que otro ve de uno, la carta de presentación. Se suele escuchar una frase: "al principio, todo entra por los ojos", haciendo referencia a esa primera impresión cuando se conoce a alguien.

En las redes sociales, esta idea se potencia a límites impensados, llegando a mostrar casi sin reservas un cuerpo que se vuelve una herramienta. Gran costo interno, ante tamaña objetalización.

- Un exceso de comunicación a través de las redes, ¿tiene relación con una falta de comunicación en el mundo real?

Comunicarse nunca es fácil, sea de manera presencial o virtual. Que circulen en el discurso las palabras, no significa que haya un encuentro comunicacional.

Se está asistiendo a un increíble desarrollo tecnológico de los medios de comunicación, signado por una paradoja: "estar incomunicados en la era de la comunicación".

- Hablando de este tipo de comunicaciones, ¿qué alimentamos y qué empobrecemos con estas actitudes? ¿Nos estamos valorizando o ponemos nuestro valor en la respuesta del otro?

Ante tanto interés puesto en lo que se imagina que el otro quiere ver de uno, se produce una inversión de las prioridades. Existe más preocupación por captar las miradas ajenas, que por mirarse cada persona a sí misma.

- ¿Cómo profundizar en nosotros mismos, si todo el interés parece estar en el afuera?

Un trabajo a realizar en los años que siguen, es la revalorización de la propia mirada, de un modo más introspectivo. Cuestionar los ideales de éxito y fama, dando lugar a un autoconocimiento y un equilibrio interno, que permita el bienestar con uno mismo.


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