"Rigidez o flexibilidad"
"Toda la vida
hice el trabajo así, ¿por qué lo voy a modificar si siempre funcionó?".
Patrones de
repetición difíciles de cuestionar. Pero, ¿qué sucede cuando aparece un
imprevisto?
Se intenta de
alguna manera volver a las "soluciones conocidas", padeciendo cuando algo "no
encaja". La rigidez, cuando se sacude, genera desesperación y tiende a
quebrarse.
La contracara es
la capacidad de acomodarse a lo no esperado, siendo la flexibilidad un signo de
inteligencia ante los nuevos desafíos que el mundo plantea.
"Algo siempre falta"
"Luego de mucho
tiempo y esfuerzo, logré ese objetivo tan deseado. Ahora que lo obtuve, me doy
cuenta que no es tan maravilloso como imaginaba, algo me falta".
Este discurso,
atraviesa diferentes edades y contenidos, repitiéndose "algo siempre falta".
Tomando como referencia a Lacan, el
significante faltante es constitutivo del sujeto; y a su vez, la falta es
lo que ocasiona el surgimiento del deseo.
Es decir que para poder desear, siempre algo tiene que
faltar.
¿Qué se hace
con aquello que falta?
Es importante no caer en el lamento y sufrimiento, ya que es
una vía directa a la frustración.
El ideal de completud (siendo todo como se imagina y espera)
no existe, es del orden de la fantasía.
De esta manera,
dar lugar a aquello que se carece, es una opción saludable. Transformando "la falta en motor del deseo", motivación
para creer y crecer.
Texto: Lic.
Germán Rothstein.
Imágenes:
Pixabay.